El pasado día 13
de diciembre celebramos la última CENA-BAILE del año
2003 en uno de los ámplios salones del Hotel Begoña. La
reunión contó con nada menos que 112 comensales dispuestos
a compartir una magnífica cena y varias horas de nuestra diversión
favorita: BAILAR. En esta oportunidad, el guateque tuvo lugar allí
mismo y el autor de estos comentarios no puede dejar de reconocer que
esta fue sin duda, una de las fiestas de baile más animadas
que recuerda. ¡Felicidades a todos!
Las fotos que muestran
UN DEDO al pasarles el puntero por encima pueden ampliarse.
Haz CLIC sobre ellas y se abrirán en una nueva ventana.
Como de costumbre y
ahí están las fotos para demostrarlo, durante la
cena la tensión se mascaba en el ambiente y todo el mundo
estaba excesivamente serio y circunspecto. ¡Lo que venía
después agarrotaba musculos y ponía nudos en las gargantas!
¿Conseguiríamos estar a la altura de las circunstancias?
¿Serían las largas horas de clases y ensayos suficientes
para no hacer el más espantoso de los ridículos?
Finalmente, tras dar
buena cuenta del postre, llegó el momento de la verdad.
Como si de un presagio se tratara, la primera canción
que sonó fue A Dios le pido de Juanes y todos a una,
invadimos la pista sin más preambulos para no abandonarla
hasta que nos echaron a eso de lasdos y media de la madrugada.
Como ya mencioné
más arriba, esta fue una de las cenas de baile con mayor animación
y participación de las muchas que he organizado. Las tres
horitas y pico de bailoteo se quedaron muy cortas y prometo que
la próxima vez negociaré con la dirección del local
un margen más amplio. ¡Espero que luego no me dejeis
mal! Por cierto que quiero aprovechar estas líneas para pedir
disculpas por los problemas con el lector de CD's, aunque
me temo que tengan mala solución: siempre que somos tantos
y sobre todo bailamos tantos, la condensación
hace "saltar" el haz del laser cada cierto tiempo. En fín,
más se perdió en Isla Perejil...